Cómo la ratificación del Convenio BEPS puede reforzar el sistema fiscal
La evasión fiscal es una preocupación creciente para los países de todo el mundo. Las empresas multinacionales explotan a menudo las lagunas de la legislación fiscal, trasladando sus beneficios a jurisdicciones con escasa o nula tributación. Esta práctica deja a las naciones con ingresos reducidos para financiar servicios públicos esenciales. El Convenio BEPS -abreviatura del Convenio Multilateral para la Aplicación de Medidas Relacionadas con los Tratados Fiscales para Prevenir la Erosión de la Base Imponible y el Traslado de Beneficios- proporciona herramientas para contrarrestar estas tácticas. Si su jurisdicción aún no lo ha ratificado, he aquí por qué debería hacerlo.
¿Por qué es importante el Convenio BEPS?
Proteja sus ingresos y fortalezca su economía
La evasión fiscal drena anualmente miles de millones de los ingresos públicos. Para muchos países -significativamente más pequeños o en vías de desarrollo- supone menos fondos para sanidad, educación e infraestructuras. Al ratificar el Convenio BEPS, salvaguarda su base fiscal. Garantiza que las empresas paguen impuestos allí donde se desarrollan sus actividades económicas y se crea valor.
La ratificación es vital para proteger los ingresos fiscales de las empresas, que a menudo representan una parte importante de los ingresos públicos. Sin estas protecciones, corre el riesgo de salir perdiendo frente a los esquemas de traslado de beneficios que favorecen a las jurisdicciones de baja tributación.
Nivelar el campo de juego
Sin un alineamiento global, algunas jurisdicciones se convierten en paraísos fiscales, lo que permite a las empresas multinacionales trasladar beneficios injustamente. Si su jurisdicción ratifica el Convenio BEPS, cierra lagunas y se alinea con otras naciones comprometidas con una fiscalidad justa. Esto evita prácticas perjudiciales como el treaty shopping y la doble no imposición, dificultando que las empresas exploten los desajustes en los convenios fiscales.
Alinearse con las normas mundiales también mejora la reputación de su país. Se compromete con una fiscalidad equitativa, fomentando la inversión y el comercio responsables.
Ofrezca claridad y certidumbre a las empresas
Las empresas se benefician de unas normas fiscales claras y coherentes. Ratificar la Convención BEPS proporciona esa claridad. Con medidas como la Prueba del Propósito Principal (PPT), las empresas pueden comprender mejor sus obligaciones, reduciendo el riesgo de litigios o sanciones.
Las políticas fiscales previsibles fomentan la inversión. Las empresas se sienten más seguras operando en jurisdicciones en las que los términos de los convenios son transparentes y las disputas se resuelven con eficacia. Al ofrecer esta estabilidad, su jurisdicción puede atraer la inversión extranjera al tiempo que protege su base fiscal.
Beneficios clave para su jurisdicción
Cuando su jurisdicción ratifica la Convención BEPS, no sólo está suscribiendo un acuerdo: está obteniendo herramientas para mejorar su sistema fiscal:
Mayor transparencia:
Herramientas como los informes país por país (CbCR) proporcionan información detallada sobre dónde se asignan los beneficios y los impuestos. El intercambio automático de información dificulta a las empresas la ocultación de ingresos en paraísos fiscales.
Resolución eficaz de litigios:
El arbitraje obligatorio resuelve las disputas fiscales más rápidamente y con menos recursos.
Protección contra los riesgos para la reputación:
Al alinearse con las normas fiscales internacionales, su jurisdicción evita el riesgo de ser etiquetada como paraíso fiscal o de enfrentarse a una lista negra por parte de organizaciones mundiales.
Responder a sus preocupaciones
¿Y los costes?
La implementación puede parecer costosa, pero hay ayuda disponible. Organizaciones como la OCDE ofrecen recursos, formación y apoyo para ayudar a los países a adoptar las medidas BEPS de forma eficaz.
¿Afectará a la soberanía?
La Convención BEPS respeta sus políticas fiscales. Ofrece flexibilidad para que su jurisdicción pueda adaptar sus medidas a su contexto económico local.
El momento de actuar es ahora
La elusión fiscal es un problema compartido que requiere una solución colectiva. Al ratificar la Convención BEPS, su jurisdicción protege sus ingresos, crea sistemas fiscales más justos y fomenta la confianza con las empresas y los socios globales. No se trata sólo de abordar los retos actuales, se trata de asegurar un futuro sostenible para su jurisdicción. Dé el primer paso y únase al esfuerzo global hacia una fiscalidad justa y eficaz.